La Semana Mundial de la Inmunización —que se celebra la última semana de abril (24-30)— tiene por objeto promover uno de los instrumentos más potentes con que cuenta la humanidad en relación con la salud: la utilización de vacunas para proteger a las personas de cualquier edad contra las enfermedades.
Se reconoce ampliamente que la inmunización es una de las intervenciones sanitarias más exitosas y costoefectivas jamás efectuadas. Previene entre dos y tres millones de defunciones por año y ahora protege a los niños no solo contra las enfermedades para las cuales hace muchos años que se dispone de vacunas, como la difteria, el tétanos, la poliomielitis y el sarampión, sino también contra enfermedades como la neumonía y la diarrea por rotavirus, dos de las causas más importantes de muerte de menores de cinco años. Además, ahora es posible proteger a los adolescentes y los adultos contra enfermedades que ponen en peligro la vida, como la gripe, la meningitis y ciertos cánceres (del cuello uterino y del hígado), gracias a nuevas y perfeccionadas vacunas.
Pese a este éxito, todavía no conseguimos llegar a uno de cada cinco niños. En 2012, se estimaba que 22,6 millones de lactantes quedaban al margen de los servicios de inmunización sistemática. Más de la mitad de estos niños viven en solo tres países: la India, Indonesia y Nigeria. El suministro inadecuado de vacunas, la falta de acceso a los profesionales sanitarios y un apoyo político y financiero insuficiente explican por qué una gran proporción de personas comienzan pero no terminan los procesos de inmunización establecidos por los países. Por otro lado, la falta de conocimiento acerca la vacunación es una de las razones principales por las que los adultos eligen conscientemente no ser vacunados o no vacunar a sus hijos.
Más información en: http://www.who.int/campaigns/immunization-week/2014/event/es/