El pasado jueves 4 de febrero el laboratorio Johnson and Johnson solicitó a la Agencia Europea del Medicamento la aprobación de su vacuna frente a COVID-19 una semana después de anunciar los resultados de su ensayo clínico en fase 3. Esta plataforma liderada por este laboratorio con la colaboración de entidades públicas de EEUU se embarcó hace un año en este proyecto utilizando la tecnología llamada AdVac. Esta innovación permitió el desarrollo de una vacuna eficaz frente al virus Ébola recientemente y utiliza un adenovirus modificado genéticamente capaz de producir proteínas que a su vez generan una respuesta inmune. Según la información aportada por el laboratorio, esta vacuna es eficaz para la prevención de los casos moderados y graves de COVID-19 a los 28 días después de la administración de una dosis. Por otra parte, el análisis de seguridad no ha detectado efectos adversos importante. Estos datos están pendientes de ser publicados en una revista científica revisada por pares y de ser evaluados por la Agencia Europea del Medicamento. Sobre el papel, esta vacuna podría tener ventajas sobre las que están disponibles en este momento. Su estabilidad durante 3 meses a temperatura de un frigorífico convencional (2-8 grados) tras ser descongelada facilita su traslado y conservación sin necesidad de infraestructuras complicadas como ocurre con las vacunas de ARN. Además, la pauta de dosis única representa un importante factor para salvar los obstáculos que pueden encontrarse en aplicación universal de una vacuna de dosis múltiples. El ensayo clínico se ha realizado en más de 40.000 sujetos voluntarios en 9 países, con etnia diferentes e incluyendo un tercio de mayores de 60 años, para poder comprobar la eficacia en distintos medios y grupos poblacionales. Todas estas características añaden valor a esta vacuna como una candidata para una campaña de universal a escala mundial incluyendo los países más desfavorecidos. Sin embargo, la irrupción de nuevas mutaciones originando nuevas variantes del virus SARS-Cov-2 origina un nuevo motivo de preocupación. Hay que observar y estudiar la protección que tienen los inmunizados antes estas nuevas cepas y en consecuencia actuar rápidamente en caso de que fuera necesario adaptar las vacunas. De cualquier forma, la autorización de una opción vacunal más simple en su conservación y administración es una excelente noticia.
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