El lunes 30 de agosto ha entrado en vigor la nueva actualización de la Instrucción DGSPyOF‐8/2020 del Programa de Vacunación Covid-19. En este reajuste, se ha establecido que las personas con antecedentes de infección por SARS-CoV-2 pueden recibir una dosis de vacuna tras un periodo de cuatro semanas desde el padecimiento o diagnóstico, a pesar de que hasta hace tan solo unos días el tiempo de espera para recibir la pauta de vacunación era de seis meses.
Esta aceleración en los tiempos de espera de vacunación se debe a que, anteriormente, la disponibilidad de dosis era baja en nuestro país, por lo que se decidió dar preferencia a personas que no tenían la inmunidad producida por el contagio de la Covid-19. Francisco Giménez Sánchez, director del Instituto Balmis de Vacunas, aclaraba que, al principio, se decidió retrasar la vacunación de las personas que habían pasado el virus ya que “aquellos que han pasado la Covid-19 de forma reciente están inmunizados”.
En este sentido y gracias a la disponibilidad actual de vacunas, 15 comunidades autónomas, entre las que se encuentra Andalucía, han adelantado el periodo que las personas que habían superado la enfermedad tenían que esperar para recibir su dosis.
Y es que, tras el consenso alcanzado en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, se ha aclarado que recibir la vacuna tan solo un mes después del contagio no supone ningún tipo de riesgo para la población. El doctor recalca así que, por lo general, siempre «es más potente la inmunidad postvacunal, pues los niveles de anticuerpos tras la vacunación pueden ser superiores a los de la infección natural en algunos casos”.
Por otro lado, Giménez Sánchez recuerda que cuantas más personas vacunadas menos enfermedad habrá y menos transmisión: «La eficacia de las vacunas no es del 100%, pero quienes están vacunados tienen una infección leve por regla general, aunque hay que seguir teniendo cuidado porque en raras ocasiones pueden producirse cuadros graves». Destaca, así, que es la primera vez en la historia que se vacunan a millones de personas en un periodo tan corto, por lo que el perfil de seguridad y eficacia de las mismas queda patente de forma que cualquier efecto secundario mínimo se notifica y se vigila.
Asimismo, el director del Instituto Balmis de Vacunas resalta el papel tan importante que están teniendo las vacunas en los últimos meses a la hora de disminuir la mortalidad. «En la quinta ola, con un aumento tan notorio en el número de casos, si no hubiera habido un gran porcentaje de la población vacunada estaríamos en cifras muy altas de mortalidad y de hospitalizaciones, algo que no se está produciendo hoy, sobre todo en el caso de la población más vulnerable. Por tanto, estar vacunado nos protege de desarrollar enfermedad grave, del ingreso en UCI, o incluso de morir por la infección«.
